En los últimos años el marketing digital, y la tecnología en general, no han dejado de evolucionar. Uno de los cambios más evidentes es la capacidad cada vez mayor de las empresas de obtener y almacenar datos (ya sea Big Data o no 😉).
Así, los equipos de marketing, que antes no disponían de demasiada información y tenían que confiar en el ensayo-error, ahora tienen cantidades ingentes de datos a veces difíciles de clasificar, gestionar e interpretar correctamente. Además, todo apunta a que esta capacidad de compilar y almacenar datos seguirá aumentando exponencialmente en los próximos años.
Pero puede resultar ser un arma de doble filo: Por una parte, los equipos de marketing tienen más información para optimizar las campañas de forma más rápida y eficiente, y tomar decisiones estratégicas. Pero por la otra, es mucho más fácil perderse entre tantos datos y no saber qué información nos es útil y cuál debemos descartar, o incluso valorar la calidad de los datos.
Por este motivo, la analítica web está quedando obsoleta, y cada vez se habla más de analítica digital, que tiene en cuenta todo el conjunto de datos de las acciones en los canales digitales, y no solo los de la página web.
¿Qué es la analítica digital?
La analítica digital es un proceso que va más allá del análisis de la página web y que abarca desde la definición de objetivos inicial, la recopilación de los datos, medición, análisis de las diferentes fuentes, y visualización e interpretación de los datos. Esto nos ayuda a realizar una radiografía del comportamiento de los usuarios actuales o potenciales, tanto en sitios web, sitios móviles o aplicaciones móviles.
¿Cómo ayuda la analítica digital en tu estrategia de marketing?
Si realizas acciones de marketing y no mides el rendimiento que te aportan, lo más probable es que estés tirando el dinero. Necesitas medir tus resultados. Si los analizas, podrás saber si las acciones están funcionando o por qué no funcionan, y decidir en este último caso de forma rápida cómo corregirlas y obtener resultados positivos lo antes posible. Pero, para aprovechar al máximo la información que nos aporta la analítica digital, te recomendamos que sigas estos 5 pasos básicos:
- Establece tus objetivos. No vale empezar la casa por el tejado, necesitamos establecer unos objetivos claros, específicos y medibles. Por ejemplo, reducir la tasa de carritos abandonados, que descarguen un catálogo, que se inscriban a un evento… En el post Los 8 pasos de un plan de medición te explicamos cuáles pueden ser estos objetivos y cómo configurarlos y medirlos.
- Recolecta y almacena los datos. Para empezar, debemos identificar todas las fuentes de las que podemos obtener datos sobre los usuarios: Google Analytics, CRM, bases de datos, Mailchimp…, y definir dónde vamos a almacenarlos (en un servidor local, en cloud…). Debemos tener en cuenta que a menudo nos interesará cruzar estos datos. Así podemos empezar a preparar la infraestructura para el análisis posterior.
- Trata y filtra los datos. No todos los datos son necesarios ni nos serán útiles para tomar decisiones, e incluso algunos datos pueden estar sesgados porque no los estamos compilando o filtrando bien. Debemos ser críticos a la hora de seleccionar los datos que estén alineados con nuestros objetivos y realmente nos aporten valor. Además, debemos asegurarnos de la calidad de los datos que compilamos: ¿Hemos excluido las IP internas para no registrar nuestras visitas como usuarios reales?, ¿Necesitamos crear una vista para el UserID?, ¿Queremos tener una vista filtrada únicamente para los usuarios que se conectan desde móvil?
- Pon los datos en contexto. Una vez ya tenemos los objetivos fijados y los datos limpios y filtrados, debemos conseguir que estos datos cuenten una historia. Para ello, son muy útiles los cuadros de mando o dashboards, que muestran los KPI que nos interesan y nos facilitan actuar en el lugar concreto y de forma rápida cuando saltan las alarmas. Los pasos anteriores nos darán una pista de si lo hacemos con PowerBI, Tableau o Google DataStudio, por ejemplo.
- Analiza y saca conclusiones. La última fase es la más importante: sacar conclusiones que nos obliguen a realizar alguna acción. Para ello analizaremos todos los datos segmentándolos y realizando comparaciones con distintos periodos para obtener información de valor. Si realizamos un informe para el departamento de marketing deberemos incluir siempre conclusiones. Por ejemplo, podemos llegar a conclusiones como que los usuarios que visualizan el vídeo en la página X convierten más que los que no los ven, por lo que podríamos replicar la acción en otros productos o servicios, o probar a insertar ese vídeo en la newsletter para evaluar si tiene el mismo impacto que en la web.
En resumen, la analítica digital se está convirtiendo en una herramienta imprescindible tanto para los especialistas de marketing como para la dirección de la empresa, ya que nos ayuda a mejorar los resultados y la rentabilidad de todas nuestras acciones de marketing
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