Los sliders suelen ser el elemento en discordia de muchas webs. A menudo hay alguien que piensa que son una buena idea, ya sea por diseño, porque lo ha visto en otros sitios, o porque cree que es la forma de destacar diferentes mensajes, productos o servicios y no tener que escoger solo uno.
De hecho, este último motivo es el más habitual. Da la impresión de que si escogemos tan solo un producto o servicio, o destacamos solamente una idea, estamos perdiendo oportunidades, y que quizás el cliente que entra a la web está buscando precisamente lo que dejamos de poner. No es fácil, pero el hecho de no poner sliders nos ayudará a focalizarnos en lo que es realmente importante para nuestro usuario. Además, los sliders nos perjudican mucho más de lo que nos ayudan.
Karl Gilis, propietario de AGConsult y reputado experto en conversión, lo resume muy bien:
«Los sliders solo existen porque a los diseñadores les encantan. Y porque hacen la vida más fácil al equipo encargado de la web: Pueden dar a cada departamento o producto un espacio en la home. No tienen que escoger.
Pero tu trabajo no es hacer felices a tus compañeros. Tu trabajo es hacer felices a tus usuarios. Y vender. Este es el gran problema de los sliders: No convierten. Nunca lo han hecho y nunca lo harán.»
Por si necesitas más motivos —más allá del hecho de que los sliders NO te ayudan a vender más, ni simplemente a vender—, aquí tienes algunos datos y estudios para convencerte de quitar, o aún mejor, no poner nunca, sliders en tu web.
- Solo el 1% de los usuarios clica en un slider, y lo hacen en la primera imagen en el 84% de los casos. Por lo tanto, los sliders que no estén en primera posición no tienen ningún impacto. Esto hace que el ratio de conversión de un slider sea bajísimo, de hecho, prácticamente el mismo que una imagen estática.
- Los sliders provocan la «ceguera del banner». Los usuarios casi nunca miran nada que parezca un anuncio, lo sea realmente o no. Y dado que los sliders se lo parecen, se ha descubierto que tienden a ignorarlos la mayoría de las veces.
- El ojo humano no responde bien al movimiento. Nuestra retina responde de forma inconsciente a cualquier cosa que se mueva, lo que se conoce como saccade. Esto significa que el movimiento distrae a los usuarios y hace que no se fijen en lo que realmente nos interesa.
- Provocan la «fatiga de la decisión». El hecho de decidir cansa a los usuarios, por lo tanto si les ofrecemos diferentes alternativas y les hacemos escoger es muy probable que no tomen ninguna decisión, porque no les estamos ayudando a resolver su problema.
- Los sliders tienen un impacto negativo en el SEO. Si una página tarda más de dos segundos en cargar, la experiencia del usuario se ve afectada a cada segundo que pasa. Además, Google ya indicó que la velocidad del site es uno de los principales factores de posicionamiento de una web, y a partir del 2018 lo será todavía más en móviles.
- No funcionan bien en móviles. Aparte del factor velocidad que hemos comentado en el punto anterior, los sliders no tienen una buena usabilidad en móviles, es mucho mejor permitir que el usuario haga scroll hacia abajo que no hacerle rotar un slider.
- Hacen bajar el contenido, lo que perjudica la experiencia de usuario y el posicionamiento. Google ya avisó de que las webs con poco contenido «above the fold», es decir, por encima del punto de visión del usuario y que le obliga a hacer scroll, posicionarían peor, porque los usuarios se quejaban de tener que hacer scroll y pasar ads para llegar al contenido.
Hay muchas alternativas a los sliders, el mejor criterio para escoger una es pensar en tus usuarios, en cómo les puedes ayudar o qué les interesa.
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